«[...] Azarías, aculado en el tajuelo, junto a la lumbre, en el desolado zaguán, desplumaba las perdices, o las pitorras, o las tórtolas, o las gangas, cobradas por el señorito durante la jornada y, con frecuencia, si las piezas abundaban, el Azarías reservaba una para la milana, de forma que el búho, cada vez que le veía aparecer, le envolvía en su redonda mirada amarilla, y castañeteaba con el pico, como si retozara [...]»
Una constant a l’obra de Miguel Delibes és el vincle amb la naturalesa. L’escriptor val·lisoletà, reconegut caçador –s’arribà a definir més d’una volta com a “un cazador que escribe”-, fou un amant i vehement defensor de tot el relacionat
amb el món rural. Aquest fet impregna la seva escriptura, des dels
llibres específics de caça fins a la Trilogía del campo, que formen
El camino (1950), Las ratas (1962) i Los santos inocentes
(1981), on mostra un profund coneixement i ampli repertori lèxic de la vida de camp. Entre
aquest vocabulari, destaquen multitud de denominacions d’ocells –tórtola, pitorra, gorrión, picaza, cárabo, entre altres- i, especialment, una: la milana, que ressona en la famosa i poètica tornada «milana bonita, milana bonita», dotant la narració d’un lirisme encisador. Però què és una milana?
La
Cátedra de Miguel Delibes dóna la següent definició de
milana al glossari:
Milana
LSI p. 11, passim
(...) el Azarías reservaba una para la milana, de forma que el búho, cada vez que le veía aparecer,
milano. (Del lat. vulg. *milanus, der. de milvus).
1. m. Ave diurna del orden de las Rapaces, que tiene unos siete decímetros desde el pico hasta la extremidad de la cola y metro y medio de envergadura, plumaje del cuerpo rojizo, gris claro en la cabeza, leonado en la cola y casi negro en las penas de las alas, pico y tarsos cortos, y cola y alas muy largas, por lo cual tiene el vuelo facilísimo y sostenido. Es sedentaria en España y se alimenta con preferencia de roedores pequeños, insectos y carroñas.
Un lector no especialitzat en Miguel Delibes, sense posar gaire atenció amb el text, s’adona que Azarías no empra el terme milana per a denominar la femella del milano. Ja a la primera plana del llibre, Azarías l’usa, gairebé sempre dintre la hipnòtica tornada, per a anomenar un mussol reial, també anomenat Gran Duc:
«[...] Azarías le decía al Gran Duque, cada vez que se arrimaba a él, aterciopelando la voz, milana bonita, milana bonita, y le rascaba el entrecejo y le sonreía con las encías deshuesadas [...]»
Azarías (Libro primero)
Més endavant, l’utilitza per a dirigir-se a la Niña Chica, el personatge, conjuntament amb el mateix Azarías, més animalitzat:
«[...] Azarías recogía amorosamente a la Niña Chica y, sentado en el poyo de la puerta, la arrullaba y la decía a cada paso, con voz brumosa, ablandada por la falta de dientes, milana bonita, milana bonita, hasta que los dos, casi simultáneamente, se quedaban dormidos a la solisombra del emparrado, sonriendo como dos ángeles [...]»
La milana (Libro tercero)
I, finalment, el fa servir per a denominar una petita garsa:
«[...] se presentó el Rogelio con una grajeta en carnutas entre las manos, ¡tío, mire lo que le traigo! y todos salieron de la casa y al Azarías, al ver el pájaro indefenso, se le enternecieron los ojos, le tomó delicadamente en sus manos y musitó, milana bonita, milana bonita [...]»
La milana (Libro tercero)
Així doncs, la milana no és, dins el cosmos rural de Delibes, un ocell concret; possiblement simbolitzi l'harmonia entre els éssers humans i la naturalesa. A Los santos inocentes la natura s’apropa als personatges més humils, els veritablement innocents, Azarías i la Niña Chica, els únics sense dependències en un món injust, amb prou llibertat per a fer justícia.
Per cert, Delibes, comptabilitzant el títol del Tercer libro, empra a Los santos inocentes 68 vegades el mot milana.
Los santos inocentes. Miguel Delibes. Editorial Crítica (2010).
Glosario. Cátedra Miguel Delibes. Jorge Urdiales (2014).